Comentario
Aunque la pintura de género no puede definirse como un arte plenamente barroco, puesto que continúa el estilo de los artistas del Naturalismo de la primera mitad del siglo, sin embargo, en algunos artistas del momento se ven influencias en el sentido más dinámico de la disposición de los objetos y en el uso de una pincelada más suelta. Así entre los pintores de flores destacarían Juan de Arellano (1614-1676) o Bartolomé Pérez (1634-1693); entre los pintores de naturalezas muertas, Andrés Deleito (trabaja en Madrid hacia 1680), célebre por sus Vanitas, y entre los pintores de paisaje, Benito Manuel Agüero (hacia 1626-1670), discípulo de Mazo, que revela un sentido dramático y muy romántico de su paisaje de inspiración clasicista, similares a los de Salvator Rosa.